Cajas disipadoras de energía hidráulica, situadas adyacentes a pozos y bajo el
caudal de descarga, acreditan el inmenso valor que los
agricultores dan al suelo, su parcela, y cultivos. Si se prescindiera su uso, ¿qué cárcavas generarían? ¿qué elementos esparcirían?
Además de disipar energía y “advertir” ubicación de equipo de bombeo, es común ver cajas enrojecidas por el hierro extraído—después de oxigenar y decantar. Aun con la diversidad en diseños y materiales, la función precisa de cada caja es semejante: ejemplos de instalaciones en diversos terrenos y cultivos de Taiwán.
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